LAS
DROGAS
Una droga
es una sustancia que puede modificar el pensamiento, las sensaciones y las
emociones de la persona que la consume. Las drogas tiene la capacidad de
cambiar el comportamiento y, a la larga, la manera de ser.
Algunas
drogas se consideran legales y otras, ilegales. La consideración de un tipo de
droga como legal (como sucede con el alcohol o el tabaco) implica tan solo una
regulación diferente de la producción y de la comercialización, y en ningún
caso quiere decir que no sea peligrosa.
Todas las drogas comportan un riesgo y no existe consumo alguno que pueda considerarse totalmente seguro. El riesgo resulta de la combinación de tres factores: los efectos que provoca la sustancia, la manera de utilizarla (dosis, forma de administrarla, efectos que quieren obtenerse con ella) y la vulnerabilidad del consumidor.
LAS DROGAS Y LA SALUD
Las
drogas afectan a la salud de quien las toma. Todos los sistemas orgánicos (circulatorio,
digestivo, nervioso, endocrino) experimentan sus efectos negativos. Además, el
consumo de drogas puede llegar a provocar la aparición de graves trastornos
psicosociales.
Pero las drogas no representan solamente un problema sanitario. A veces el impacto sobre la vida de la persona puede llegar a ser tan o más grave que las enfermedades que lleva asociadas: alteraciones psicológicas, conflictos de relación (de amistad, de pareja, con la familia, con los compañeros de trabajo) y trastornos del comportamiento (dificultades de escolarización, problemas laborales, actos delictivos, conflictos legales, accidentes, etc.).
Las drogas
afectan a la persona de manera global, y consecuentemente afectan al conjunto
de la sociedad.
EFECTOS DE LAS DROGAS
Los efectos
que provocan las drogas son diferentes sobre nuestro sistema nervioso según los
distintos tipos de drogas consumidas: unas son excitantes y otras, depresoras;
unas aceleran nuestro funcionamiento mental, con el riesgo de aumentar los
errores, y otras lo lentifican o lo distorsionan; otras producen alucinaciones
o cambios en la percepción de la realidad.
El
consumo de drogas tiene consecuencias en el funcionamiento normal de nuestro
sistema nervioso y provoca una serie de efectos que alteran nuestras
capacidades:
modifican la manera de pensar, de funcionar, de relacionarse con los demás y de
enfrentarse a los desafíos de la realidad. En definitiva, nos hacen menos
protagonistas de nuestra vida.
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